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Una nueva pieza masiva por el artista cuenta con un código de barras que puede ser escaneado con cualquier smartphone.
Artista Ruben ubiera no ha hecho más que cerrar un espectáculo en los jóvenes en el Museo de Arte de Fort Lauderdale, Florida, donde también tenía en la mano un taller para los niños que disfrutan del arte, y cuenta con piezas permanentes en otras galerías, pero lo que está atrayendo la mayor atención es los códigos QR que está utilizando para ofrecer su arte con una mejora de la comunicación con el espectador.
Estos códigos de barras escaneable son rasgos de un mural enorme de ocho rostros de los inmigrantes.
Ubiera ha presentado recientemente este último mural en Wynwood, Florida, donde las ocho caras ofrecen algo más que una experiencia de ver esta representación de los inmigrantes. En su lugar, sino que también contiene los códigos QR para que las personas con teléfonos inteligentes serán capaces de escanear a escuchar las historias grabadas de los individuos representados en el arte.
Los códigos QR permiten una historia oral que se añade a la arte visual, mejorar la experiencia global del espectador. Los cuentos compartidos a través de la exploración de los códigos QR son personales y crudo, y expresar cómo las leyes de inmigración en los Estados Unidos han tenido un impacto en cada una de sus vidas. Esto incluye la historia de una familia que se vio obligado a separarse, así como el riesgo que otra persona se enfrenta a ser deportada.
El ubiera pieza, y las historias compartidas a través de los códigos QR, están destinados a ser una expresión positiva de la forma en que los cambios sociales pueden llevar a cosas mejores. Eligió colores vivos para una expresión muy brillante y complejo en torno a este tema altamente controversial, complejo, ya veces doloroso.
El artista nombrado el mural # IamHere, incluyendo el hashtag, que hace que sea más fácil para que los espectadores puedan compartir con sus amigos, familiares y otras conexiones en las redes sociales. De esta manera, se espera ampliar la distribución del mensaje que se comparte dentro de la obra de arte ya través de los códigos QR. El artista, de 36 años, es también un inmigrante, nacido en la República Dominicana y ahora es un residente de la Florida.
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