Tecnología
De un muro de cemento, pueden crecer flores de colores, aparecer norias que giran, cascadas de agua o incluso un dragón. Todo gracias a la realidad aumentada, una técnica que conocen bien en el proyecto de Tecnologías Audiovisuales Multimodales Avanzadas (TAMA), financiado por el Gobierno de Aragón.
La aplicación del Festival Asalto permite que cualquiera que tenga un smartphone en la mano vea de forma diferente los murales. Además, "el arte urbano puede desaparecer y así se podrán ver cuando ya no estén", explica Carlos Orrite, coordinador del proyecto.
Pero esta misma técnica se puede aplicar para otros elementos. Por ejemplo, estos investigadores ya tienen preparado un modelo de realidad aumentada sobre la Torre Nueva de Zaragoza, derribada a finales del siglo XIX. "La hemos elegido porque quedan testimonios gráficos", indica Orrite. Por ahora, funciona en el laboratorio, aunqueesperan que pueda usarse en un futuro también en la calle. Así, una persona que estuviera en la plaza San Felipe, con una aplicación podría ver cómo era hace más de un siglo.
La dificultad está en que la ciudad, a diferencia de los entornos de laboratorio, cambia. La aplicación reconoce la ubicación en la que se encuentra tomando puntos de refencia, como esquinas o ventanas, para saber dónde está sin necesidad de GPS ni brújula. Las condiciones climáticas y lumínicas y las modificiaciones en el paisaje hacen más difícil que funcione. Además, la aplicación, como ya ocurre con la del Festival Asalto, debe ser capaz de reconocer el movimiento, para mostrar la torre desde todos los puntos de vista.
Esta es solo una parte de los proyectos que quieren presentar en un futuro. Ya están pensando en recrear monumentos de Teruel y en especial de Huesca, ya que su sede se ubica en el Parque Tecnológico Walqa.
El objetivo de estas aplicaciones es permitir a sus habitantes y turistas conocer cómo era la ciudad gracias a recreaciones medievales, romanas o de principios del siglo XIX, por ejemplo. "Desde el punto de vista histórico y turísitico es muy interesante", subraya. Aunque cuanto más atrás se remonten, menos precisos pueden ser, por la falta de documentación fiable. La realidad aumentadapermitirá "recuperar el arte urbano desaparecido, no en un museo ni en un ordenador, sino en el escenario real. Es sacar el museo a la calle y ver los cambios ocurridos en el lugar", indica.
Más allá del arte urbano, hay muchos más usos. "Todas las aplicaciones queremos que la gente las valore y sean cosas útiles y divertidas", señala Orrite. Entre ellas, la "retrofotografía", es decir, el que una persona pueda aparecer en una imagen histórica tomada en el lugar en el que se encuentra con los personajes que aparecen en ella, otra de las técnicas en las que se está trabajando.
"Hemos avanzado, pero es un reto muy interesante", explica el coordinador del proyecto. Ahora son 19 personas las que trabajan en él, seis de ellas a tiempo completo. "No solo están encerrados con un ordenador, sino que hay una labor de campo, porque hay que ir a los lugares que se van a captar en el modelo". El proyecto engloba a varios grupos de investigación que llevan trabajando juntos desde enero de 2013.
La aplicación del Festival Asalto es la prueba piloto, "que ha ido bien". Pero ya tienen "muchos proyectos en la cabeza" como la recuperación del arte urbano, que les gustaría poner en práctica lo antes posible.
De un muro de cemento, pueden crecer flores de colores, aparecer norias que giran, cascadas de agua o incluso un dragón. Todo gracias a la realidad aumentada, una técnica que conocen bien en el proyecto de Tecnologías Audiovisuales Multimodales Avanzadas (TAMA), financiado por el Gobierno de Aragón.
La aplicación del Festival Asalto permite que cualquiera que tenga un smartphone en la mano vea de forma diferente los murales. Además, "el arte urbano puede desaparecer y así se podrán ver cuando ya no estén", explica Carlos Orrite, coordinador del proyecto.
Pero esta misma técnica se puede aplicar para otros elementos. Por ejemplo, estos investigadores ya tienen preparado un modelo de realidad aumentada sobre la Torre Nueva de Zaragoza, derribada a finales del siglo XIX. "La hemos elegido porque quedan testimonios gráficos", indica Orrite. Por ahora, funciona en el laboratorio, aunqueesperan que pueda usarse en un futuro también en la calle. Así, una persona que estuviera en la plaza San Felipe, con una aplicación podría ver cómo era hace más de un siglo.
La dificultad está en que la ciudad, a diferencia de los entornos de laboratorio, cambia. La aplicación reconoce la ubicación en la que se encuentra tomando puntos de refencia, como esquinas o ventanas, para saber dónde está sin necesidad de GPS ni brújula. Las condiciones climáticas y lumínicas y las modificiaciones en el paisaje hacen más difícil que funcione. Además, la aplicación, como ya ocurre con la del Festival Asalto, debe ser capaz de reconocer el movimiento, para mostrar la torre desde todos los puntos de vista.
Esta es solo una parte de los proyectos que quieren presentar en un futuro. Ya están pensando en recrear monumentos de Teruel y en especial de Huesca, ya que su sede se ubica en el Parque Tecnológico Walqa.
El objetivo de estas aplicaciones es permitir a sus habitantes y turistas conocer cómo era la ciudad gracias a recreaciones medievales, romanas o de principios del siglo XIX, por ejemplo. "Desde el punto de vista histórico y turísitico es muy interesante", subraya. Aunque cuanto más atrás se remonten, menos precisos pueden ser, por la falta de documentación fiable. La realidad aumentadapermitirá "recuperar el arte urbano desaparecido, no en un museo ni en un ordenador, sino en el escenario real. Es sacar el museo a la calle y ver los cambios ocurridos en el lugar", indica.
Más allá del arte urbano, hay muchos más usos. "Todas las aplicaciones queremos que la gente las valore y sean cosas útiles y divertidas", señala Orrite. Entre ellas, la "retrofotografía", es decir, el que una persona pueda aparecer en una imagen histórica tomada en el lugar en el que se encuentra con los personajes que aparecen en ella, otra de las técnicas en las que se está trabajando.
"Hemos avanzado, pero es un reto muy interesante", explica el coordinador del proyecto. Ahora son 19 personas las que trabajan en él, seis de ellas a tiempo completo. "No solo están encerrados con un ordenador, sino que hay una labor de campo, porque hay que ir a los lugares que se van a captar en el modelo". El proyecto engloba a varios grupos de investigación que llevan trabajando juntos desde enero de 2013.
La aplicación del Festival Asalto es la prueba piloto, "que ha ido bien". Pero ya tienen "muchos proyectos en la cabeza" como la recuperación del arte urbano, que les gustaría poner en práctica lo antes posible.
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