Para el 2014 se anuncia la llegada de los Google Glass, lentes de realidad aumentada que prometen cambiar la forma de interrelacionarnos con el medio ambiente.
Si bien, los dispositivos móviles de la empresa de Mountain View, no son los únicos del mercado, sí son quienes han marcado la pauta en la opinión pública, donde a través de estos lentes se promete aumentar las capas de información, sincronizados bajo una conexión wifi, sumando contenidos que de otra manera sería imposible ver.
La matriz de este sueño, hecho realidad para los más tecnológicos, está basada en las profecías que se mostraban hace 30 años atrás en películas como "Terminator" y "Volver al futuro", donde en este caso se concreta lo que teóricos, específicamente Paul Saffo esbozara con su teoría de los 30 años, donde el desarrollo de esos inventos transcurren por tres décadas antes de que se masifique, en este caso la aceptación y la expectación confirmarían esta teoría.
Sin embargo se planean dilemas éticos, ya que estos mismos lentes pueden sigilosa y en secreto grabar videos, lo que por muchos puede ser interpretado como una violación a la privacidad, pero este argumento se neutraliza cuando analizamos el poder de las redes sociales, donde todos hacen pública su vida, exponiendo sin pudor información privada de manera voluntaria, motivada quizás a la necesidad humana de sentirse reconocido, el cual lo explicó magistralmente Maslow, quién en su conocida pirámide de necesidades humanas, inserta la necesidad de reconocimiento y autosatisfacción como en primer lugar.
Por otro lado, los lentes de realidad aumentada pueden tener impactos profundos en algunos campos, por ejemplo en la medicina, donde estos dispositivos pueden archivar y difundir información técnica sobre el organismo humano y conectarse en tiempo real con otros médicos, tal como sucedió en el Ohio State Wexner Medical Center la semana pasada, también en la minería, donde los geólogos pueden usar aplicaciones especiales para determinar información extra sobre minerales en tiempo real, y la misma agricultura, cada vez más tecnificada, donde puede servir para elevar la productividad en los productos, en el entendido de que puede apoyar en los procesos industriales de verificación de normas sanitarias, obligatorias cuando la intención es la exportación.
De esta manera se generará una ola de innovación donde programadores y desarrolladores de todo el mundo irrumpirán los aplicaciones para todos los gustos, donde la imaginación colectiva amplificará sus alas aportando en la búsqueda de soluciones prácticas que mejoren nuestra calidad de vida, es más, ya con la entrada de este tipo de lentes se hará más realidad la concreción del hombre robot, pero a una escala masiva, donde ya hoy tenemos el cuerpo humano lleno de dispositivos, entre los más comunes los celulares, los cuales nos sirven desde comunicarnos hasta tener una secretaria virtual, y entrenador en línea que nos indica cuantas calorías hemos consumido.
Y habrá más, los desarrollos del grafeno, material que con su dureza y flexibilidad potenciará el poder de los procesadores computacionales, sumado a los avances de la bioinformática harán que el sueño tecnológico del hombre robot esté más cercano, o pregunten a los japoneses quienes hasta han catapultado cantantes robot... a partir del 2014 tendremos la respuesta sobre la utilidad de estos dispositivas que prometen dar un salto cualitativo en la forma de entender nuestro entorno.
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